Un paso adelante...,
tras el que ya vienen muchos más.
Comienza el baile.
Manuel F. Vieites
Crítico e investigador
Docente, ESAD de Galicia
Es un inmenso placer comunicar que en la Escuela Superior de Arte Dramático de Galicia, el Claustro de Profesores y Profesoras (por 29 votos a favor y 5 abstenciones) y el Consejo Escolar (por unanimidad), han aprobado un manifiesto en el que proponen un proceso de adscripción y posterior integración en la universidad, así como unas Bases que sirvan de guía al mismo. Es un placer porque en este caso no es el director quien opina, dice o pontifica, sino que es la comunidad la que emite su parecer, en democracia.
Pero no son los únicos, y en breve irán apareciendo otros centros, porque este es un movimiento imparable, aunque como se señala en las Bases para la Integración, en ningún caso se propone una solución única, como se hace desde otras posiciones. Nosotros, desde la Plataforma por la Integración en la Universidad (ahora en una cierta clandestinidad, pero que pronto presentaremos en público) entendemos que pueda haber centros que se queden al margen de la propuesta, como ocurre en países de nuestro entorno más próximo. Se daba hace poco el ejemplo de la Royal School of Dramatic Art y el de la Central School of Speech and Drama, y en ello nos afirmamos.
Lo que, de ninguna manera, podemos aceptar desde la Plataforma son cuatro cosas:
¡¡Democracia real ya!! ¡Menos lobos y menos tutelas!
En primer lugar no se puede hablar en nombre de los centros sin que los centros se hayan manifestado. A lo largo de estos días hemos escuchado manifestaciones en nombre de “***”, cuando ese “***” no ha tenido oportunidad de opinar y de hacerlo en libertad y sin presiones ni miedos. También se han hecho manifestaciones en nombre de los centros sin saber la opinión de los centros, y en este caso la directiva de ACESEA, con sus apoyos incluidos, no ha sabido estar a la altura de las circunstancias, pues ha echado las campanas a volar sin que los centros se hubiesen manifestado, y ahora ya sabemos que ACESEA, en esta cuestión, no representa al 100% de los centros, ni mucho menos. Después de una toma de posición tan precisa, como se nos explica en un blog amigo, ¿tiene sentido que ACESEA convoque una reunión de sus asociados? ¿Para qué, para ratificar a la búlgara lo que han decidido cuatro personas sin haber consultado a nadie? Son comportamientos que deslegitiman las asociaciones y que deslegitiman a sus dirigentes, en tanto parece que no obedecen otros intereses que los derivados de su propia posición ante el problema, y entonces debieran actuar en representación propia pero nunca en nombre de los demás.
No tiene sentido que directores y directoras de centros, en representación de sí mismos y de sus propios intereses, acudan prestos al Ministerio o al Congreso de los Diputados para hacer llegar propuestas que en ningún caso representan una posición unánime ni siquiera manifestada de las comunidades escolares. Y se está haciendo con total impunidad. Nuestra Platoforma solicitará las entrevistas pertinentes en los ámbitos que proceda (Ministerio, Consejerías, CRUE) en representación de la voluntad expresada por comunidades educativas concretas y en base a documentos concretos.
Lo de las medias verdades es una tónica permanente, que ya se hace recurrente. Así, en la carta que le dirige el Sr. Jordi Font al Sr. Vieites, publicada en otro blog amigo (búsquenla y léanla, no tiene desperdicio), se afirma que los centros superiores de enseñanzas artísticas tendrán enseñanzas de posgrado: “La sentencia interpreta y confirma que las escuelas artísticas superiores son competentes para desarrollar el POST-GRADO”. Y ello no es así, lamentablemente, no es así. Según la normativa actual, y no según la que cada uno se saca del bolsillo, las enseñanzas de “postgrado” implican las enseñanzas de máster (o maestría) y doctorado, y hasta donde sepamos el Real Decreto 1614/2009 solo contempla el Máster en Artes, no el doctorado. Es esta una vieja táctica que no debiéramos usar porque genera desinformación, y debemos apostar por una sociedad informada aunque la información se pueda volver contra nosotros.
¡Que hablen todos y todas!
Con independencia de que toda posición es legítima, la legitimidad de la misma también deriva de los intereses que esa posición defiende, y, en esa dirección, no es de recibo que unos pocos condicionen la opinión y la posición de muchos. Y en esta polémica se están oyendo las voces de un sector, pero se está desoyendo, minimizando, silenciando o incluso mediatizando la toma de posición del sector más importante: el alumnado. No conviene que el profesorado tome posición de forma dominante, porque al fin y al cabo el profesorado está donde está porque existe un alumnado que demanda un determinado tipo de estudios, y no conviene además que tome posición contra el alumnado. Pero, además, en estas edades debiéramos dejar que el alumnado decida y que lo haga en libertad, sin ningún tipo de mediación y/o recomendación. Las tutelas no son aconsejables, pero sobre todo no son procedentes en un estado democrático y en una comunidad educativa que quiera apostar por la democracia real.
Es más, en buena medida debieran ser los Consejos Escolares los que se manifestasen luego de que hablase el alumnado, porque los que más están padeciendo la situación actual son los alumnos y alumnas, y en buena medida el profesorado debiera trabajar sin descanso para garantizar el derecho a una buena educación, también en la universidad, porque esa es su función y su responsabilidad, y ello no tiene nada que ver con la legítima defensa de sus derechos, y hablamos de derechos, no de privilegios. En efecto, como dice la sabia máxima anarquista los míos terminan donde empiezan los tuyos. No debiéramos consentir que los derechos de unos pocos impidan la consecución de derechos para los más.
¿¡Viva la LOE!? ¿Somos secundaria?
En segundo lugar, podemos admitir que se hable una y otra vez de viejas soluciones a viejos problemas, pero NO que se presenten como la panacea de nada, pues más bien van en la dirección de quien quiere tenerlo todo atado y bien atado, de quien quiere que nada se mueva para que todo siga igual. El artículo de Ruth Viñas, publicado en la revista Doce Notas, es un canto al inmovilismo, un canto a todos los errores cometidos por una ponencia, que, ahora lo sabemos, los cometió y de bulto, sobre todo haciendo caso omiso de muchas alegaciones que se hicieron a su informe, como podemos leer en un blog amigo. El aparato critico del artículo de la profesora Viñas es una forma de ocultar el desaguisado. Hemos de insistir en que lo que proponen los dirigentes de ACESEA y algunas otras voces no es más que un “regreso a la LOE”, regreso que deja sin resolver los muchísimos problemas de todo tipo que tienen los “centros de secundaria” en los que se imparten enseñanzas artísticas superiores. Ante esos problemas nuestra Plataforma por la Integración en la Universidad, propone unas Bases para la Integración que suponen al menos un programa de trabajo para hacer frente a todos esos problemas, referencias que no encontramos en las argumentaciones de quienes proponen volver al pasado.
Curiosamente, un blog amigo, nos propone un artículo en el que podemos ver como la Ley de Educación de 1970, que en buena medida supuso un tímido retorno a la modernidad educativa que España había vivido en la Segunda República, ya preveía la incorporación de las enseñanzas artísticas a la Universidad. En muchos casos no fue posible por las razones que en ese artículo se expresan, y en esas razones ya se configura ese pensamiento premoderno que hoy parece dominante, aunque seguramente muchas personas en los centros y sobre todo el alumnado opinen justo lo contrario.
Acabar con los tópicos
En este mismo orden de cosas, ante ese regusto por el pasado que quiere contagiarlo todo, no se puede admitir que se esté asustando al alumnado con medias verdades, con afirmaciones sobre la universidad que en realidad muestran cómo algunas personas se han construido una visión de la universidad tópica, extemporánea y totalmente falsa.
Ya está bien de hacer referencias a ecosistemas específicos y privativos para enseñanzas que si bien tienen sus especificidades, no difieren en nada de otras enseñanzas con una notable dimensión práctica, muy vinculada con el “hacer” y el “saber hacer”, que ya están en la universidad y obteniendo resultados magníficos. En América Latina, por ejemplo, las enseñanzas artísticas están en la universidad sin que ello suponga que en las facultades de artes que imparten nuestros títulos en esas latitudes la formación carezca de ese componente práctico que pareciera estar en juego. Antes al contrario, esas facultades probablemente sean un ejemplo en el que mirarnos, en vez de mirarnos el ombligo.
Y de nosotros dependerá, además, la construcción en la universidad de ese ecosistema propio, porque ya se ha hecho, pero incluso se puede mejorar lo que ya se ha hecho.
Coda
El movimiento crece. Cada vez somos más. Venceremos. No fear!!!